Otra tarde más de junio,
ojalá el atardecer
te trajera de vuelta
para decirme
cuanto mes has echado
de menos
y cuanto me has necesitado.
Que me confieses
que te has dado cuenta
que no fue buena idea
cambiar de rumbo,
que te has equivocado,
que nada volvió a encajar
desde tu marcha.
Que has vivido para buscarme
y que esperas cada noviembre
para verme volver.
Que tu brújula sin mi
se quedó sin norte.
Que ya no puedes soportar
el peso de tanta ausencia,
que tu voz se perdió en el
silencio al no poder gritar
mi nombre.