
poemas sobre la naturaleza
Un poema a la naturaleza es siempre relajante y tranquilizador. He creado un recopilatorio con todos mis poemas de la naturaleza, donde sentirás la brisa con los poemas sobre el mar, olerás la tierra con los poemas de flores y tocarás cielo con los poemas a la luna.
Ya sea con mis poemas largos sobre la naturaleza o con mis poemas de la naturaleza cortos, encontrarás el equilibrio y la calma que tanta falta nos hace.
Poemas sobre el mar
El mar guarda secretos, misterios, amores perdidos, nostalgias, despedidas y recibimientos apasionados, en mis poemas del mar cortos escribo sobre la magia del mar y todo lo que me ha transmitido.
Poesía para el mar escrita desde la orilla del mar que me ha arropado desde la niñez, poemas cortos sobre el mar para esperar lo que la vida nos tiene preparado.
Un poema de mar en el que encontrarás un faro en medio de la oscuridad, un ancla, un horizonte lleno de esperanza a pesar de las tormentas.
Vida de mi vida
Cuando Dios dejó de existir,
el viento helado del norte
se llevó un sueño
en una noche
de luna creciente.
Los viejos cuervos
anidaron en su pecho
y rayos verdes
rompieron el cielo.
Su mirada salvaje
se perdió en un mar
de noviembre.
En la costa de las locas
el alma se le heló de golpe
en mitad de la noche,
se sintió de golpe
como una rosa
nacida entre las piedras.
Todo a su alrededor
enmudeció,
una calma irreal
la sacudió,
todo se volvió desolador.
Un mar infinito
de olas grises,
un viento que le trajo
voces, susurros,
sollozos,
pensamientos furtivos,
que se escapan de dentro.
Una voz desgarrada
rompió el silencio,
sinsabores, angustias,
sueños rotos.

El lazo rojo
La luna todavía
está alta
y solo el rumor de las olas
rompe el silencio,
La brisa juguetona
despeina su trenza
y el lazo rojo
cruza el cielo para
jugar con los luceros,
dibuja corazones en el aire,
deja alegrías en las nubes,
y le pide a las estrellas
que sean generosas
y brillen más fuerte
para que su niña
encuentre su camino.
Abrazada por el mar ,
la vista fija en el horizonte,
respira, ríe, ama,
piensa, siente,
llora y vuelve a a reír
va en busca de su destino.

En la orilla de este mar
Te espero en la orilla de este mar,
que hoy moja mi rostro
borra mis lágrimas,
que se funden con las olas.
Sal con sal.
Lágrimas que nacen
como envites de las olas
en una tormenta.
Trayendo gotas de razón
y llevándose la cordura.
Arrastrando el corazón
erosionando el alma.
Te espero en la orilla de este mar
que una fue nuestro,
para que me acunes en tus brazos
y seas refugio
cuando pasen mis tormentas.

Escalofrío en el alma
Harta ya,
de estar harta,
en la playa
del mar del olvido
me he bañado desnuda.
Con la mirada fija
hacía la nada
la brisa me ha abrazado
y por mi vientre
he creído notar
tu aliento.
Escalofrío en el alma.
Buceando entre las olas,
he querido ahogar mi soledad.
La sal de mis lágrimas
se mezcló con mi mar,
se hicieron espuma.
La corriente se lleva la pena,
La marea tu recuerdo

Mar de invierno
Recuerdas, ¿cuando
me preguntaba cómo era posible
que brillara el sol,
si tú te habías ido?
Si pudieras verme ahora
donde termina el arco iris
al otro lado de este mar de invierno,
donde llegué navegando
en el Barco de los Grandes Pesares.
Bajo un cielo protector
donde la estrella más brillante
es la estrella más distante,
la que me recuerda
que una vez,
tú y yo
bailamos en los Jardines de la Luna.
Si pudieras verme ahora
verías en mis ojos
una nueva esperanza

El amor llegó sin avisar
En un atardecer dorado
contempla el mar,
el mar que guarda
sus recuerdos.
El agua se funde
con el cielo.
La brisa es un susurro
suave, tranquilo,
que acaricia su rostro
envolviendola.
Cae la noche,
estrellas desiguales
brillan en el cielo,
apenas se percibe
el sonido de la marea.
Una noche
llena de melancolía.
Llegó sin avisar,
su voz, la sacó
del interior de su mente
y de los recuerdos del pasado.
Notó el calor
de su amor.
Vio su presente,
vio claras sus decisiones,
vio el futuro.
Vio días espléndidos
que llegaban para instalarse
y no irse jamás

El mar hoy
El mar hoy,
me recuerda
tus susurros.
Las olas,
me traen, una a una,
todos los te quieros,
que tu corazón, quiere guardar.
Y el sol,
amanece ansioso,
para traerme todos tus deseos.
Yo, seré, tu orilla,
tu mar en calma,
tormenta desatada,
roca al viento.
Dejaré que la marea
se lleve mi dolor.
Me vestiré de sal,
para dejar mis marcas
en tu piel.
Sé, tu, mi faro,
no me alejes
a otros puertos.

El mar de mis recuerdos
No quise ser el ancla de tu vida
por eso, icé las velas
y surqué otras aguas.
Buscando la luz en algún
rincón del mar,
recalé en otros puertos,
el destino guió mi rumbo.
El viento se hizo mi amigo
y la marea me fue
alejando de ti.
Con la pleamar,
anegaron mis ojos
lágrimas desangeladas
cuando los recuerdos
me hablaban.
Perdido en una isla desierta
en la arena te escribí
mil poemas.
Un huracán,
me quiso arrastrar a la locura.
Las estrellas me hicieron
compañía
en las noches frías
y las sirenas
tenían celos de ti.
Noche y luna,
mar y espuma,
todo eras tú.
Aprendí a ser feliz,
a vivir sin ti,
pero en ti
corazón pirata
pero herido.

Mar mi mar
El mar hoy,
me recuerda
tus susurros.
Las olas,
me traen , una a una,
todos los te quieros,
que tu corazón, quiere guardar.
Y el sol,
amanece ansioso,
para traerme todos tus deseos.
Yo, seré, tu orilla,
tu mar en calma,
tormenta desatada,
roca al viento.
Dejaré que la marea
se lleve mi dolor .
Me vestiré de sal,
para dejar mis marcas
en tu piel.
Sé, tú, mi faro,
no me alejes
a otros puertos.

Poema a la luna
Mis poemas de la luna están llenos de versos que arrojan luz a las noches oscuras. Poemas a la luna llena y acompañada de un manojo de estrellas.
Poemas sobre la luna que nos hechiza y nos seduce. Luna que inspira y que juega con la tierra, con las mareas, con su influjo nos enamora y nos envuelve de magia.
Poemas de luna cortos para vestirla de faralaes y que nos guíe en el camino.
La luna ya no escucha la desesperación
Una noche sin luna
y pocas estrellas,
ahogó sus esperanzas,
ahogó su pulso.
Perderse no era tan difícil.
Su corazón comenzó
a caminar hacia el olvido
cuando noto que su alma
lo empezaba a rechazar.
Se dedicó a borrar de su piel
con obsesión sus caricias
cuando sintió
que abusó de sus ansias,
Nadie vio sus lágrimas
ni escucho sus llantos
silenciosos.
No hubo dudas,
todo encontró
su orden y equilibrio
cuando percibió el frio
de sus recuerdos.

Y la luna no saldrá
Cuando el sol de poniente
desaparezca tras el horizonte,
cuando caiga la noche
y el aire huela a jazmines,
malvarrosas y hortensias,
la luna no saldrá.
Se quedará haciéndole compañía
a tu soledad.
Te abrazará y no dejará
que sientas frío en el corazón.
Le pedirá a la primavera
que salga adelantada
para hacerle cosquillas
a tu alma.
Te traerá de vuelta
su corazón…
Y juntos,
llenareis de risas los silencios,
pondréis la vida del revés.
No dejareis de sonreír
mientras aprendéis
el significado del amor.
Os dejareis atrapar
por la magia y la esperanza.

La luna está triste
Hoy la Luna
no ha salido a pasear.
Hoy se oyen lamentos
de amor,
en la noche.
Y las nubes lloran
lágrimas de escarcha.
Hoy la Luna
está celosa.
Hoy las estrellas
se han quedado
a dormir,
con los luceros,
por eso brilla
más el firmamento.
Hoy la Luna,
esta muy triste
y le pide al mar
que la abracé,
solo el,
la puede consolar.
Y el mar,
que la ama en secreto
la abraza, la arropa
con sus olas
y la cubre con su espuma.
Y la Luna se duerme
tranquila…

Esta noche la luna
Esta noche la luna,
se viste de ganas.
Esta noche la luna,
no tiene paciencia.
Esta noche la luna,
busca tu consuelo.
Esta noche la luna,
quiere rondar tu corazón.
Esta noche la luna,
pedirá a la pasión que acuda.
Esta noche la luna,
te buscará, para saciar su sed.
Esta noche la luna,
quiere saber, a qué sabe tu piel.
Esta noche la luna,
no se sentirá perdida,
Esta noche la luna,
sabe que la esperas.
Esta noche la luna,
romperá con la realidad
y solo soñará.
Esta noche la luna
no se sentirá perdida.
Esta noche, Tú,
conseguirás, que la luna,
no llore.
Esta noche la luna,
se va con el sol.

Poemas de flores
Recorre mis poesías de flores para alegrar el alma. Poemas sobre flores escribí y un pedacito de mis letras he querido convertir en un jardín.
Poemas de flores cortos para regalar esperanza y que son medicina para el alma.
Abril, ya huele abril
Mi corazón
cargaíto de recuerdos
no sabe de penas,
late a ritmo de fandangos.
Negra las noches, verde la hierba
la flor del romero asoma,
silencio en el río
en la ribera duermen flores
Noche de jazmín,
clavo y canela,
ya huele a abril.
Entre carretas y olivares
los gitanos cantan
a la luz de las candelas.
Tras las rejas de tu balcón
brilla tu pelo negro
reflejado por la luna
y suspiran de envidia
las estrellas.
En mi cuello, altanero,
un pañuelo de lunares
romero,
en el ojal de mi chaqueta.
Besos de enredadera,
te abrazo
y el mundo se viste de fiesta.

Reanudación
Quiso nadar
en un mar de margaritas
blancas.
Pasear por el malecón
abandonar la tristeza
en la arena
para que se la llevara
la corriente.
Dejar mensajes secretos
con su perfume
en todos los nomeolvides.
Concederse el placer
de encontrar
la esperanza perdida.
Caminar hasta llegar
al horizonte
y encontrar la libertad.
Pintar un camino
con miles de colores
en un lienzo infinitamente
oscuro.
Escribir palabras azules
y dejarlas flotando
en las nubes.
En noches de terciopelo
volar junto a las estrellas
cantando saetillas
hasta despertar al sol.
Quiso volver a ser principio
y comenzar de nuevo.

Loreak (flores)
Regálame flores,
de todos los colores,
que me acompañen en mi soledad.
Regálame amapolas
y sabré que velas mis sueños.
Azaleas, cuándo necesite la templanza
que a veces me abandona.
Muchas camelias, porque me querrás
para siempre,
blancas, por nuestro amor,
rojas porque me admiras y
rosas cuándo tengas anhelos
de besarme.
Cuando tu corazón suspire
claveles rojos.
Una dalia rosa porque intentaras
hacerme siempre feliz.
Gardenias, porque soy tu amor secreto.
Un girasol,
porque me adoras,
y gladiolos multicolores,
porque tu amor es fuerte
y tiene un toque de locura.
Lirios amarillos,
para que sepa que amarme
te hace feliz,
muchas madreselvas, que son
los lazos del amor.
Para seducirme, regálame
mil margaritas blancas.
Pensamientos para recordarte
y claveles de poeta,
cuando quieras ser galante.
Y si alguna vez te vas,
regálame, nomeolvides.
