poemas tristes

Una vez leí que la tristeza es también un tipo de defensa, en mis poemas de tristeza he descubierto que es así. Escribir poesía triste te libera y te da herramientas para superarla y a través de mis poemas de historias tristes cierro la puerta al pasado.

Al leer poemas de recuerdos tristes, la nostalgia nos envolverá, pero también podremos ver la esperanza de haber superado historias que nos hicieron daño.

Poemas tristes cortos o largos, poemas tristes de la vida y poemas melancólicos, todos ellos los encontrarás en esta poesía triste, un espacio para hallar paz y consuelo.

Un rincón para que al leer estos poemas tristes para llorar, puedas dejar atrás la melancolía y pena.

todas mis poesías tristes


Tranquila

En la hora más oscura

la que precede al alba,

se abraza a la noche

para tranquilizar un poco

su desbocado corazón.

 

Pronto tendrá que marchar

y no sabe si podrá

soportar la pérdida.

 

Siente miedo

un escalofrío de temor

la recorre entera,

le inquieta el simple 

hecho de separarse de su cuerpo,

pero sabe que debe hacerlo

soltarse de su abrazo

e irse muy lejos

a un lugar donde poder abandonar

la tristeza,

Tranquila, se dice,

no volverás a tener días sin esperanza,

volverán las horas de calma.

 

Intenta no perder el norte 

aunque su brújula no sabe darle

las coordenadas

del camino que acaba de emprender.

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Tengo las armas

Y no quiero sentir escalofríos,

no quiero recordar

el color de tus ojos

tu mirada

desnudando mi alma.

 

No quiero recordar los suspiros,

los jadeos, el calor de tu cuerpo,

el sonido de tu voz

cuando me decías

Te quiero.

 

No quiero que aparezcas

en mis sueños

para abandonarme, otra vez,

cada amanecer,

 

No quiero recordar tu olor, ni el temblor

de mi cuerpo al verte aparecer.

 

No quiero recordar

que un día fui feliz libre

o eso creí .

 

Llegué pronto a tu vida

y tu no te marchas

nunca de la mía.

 

Quiero dejar de recordar

que a tu lado

quise caminar para siempre.

 

Yo, que en tu mirada

vi el amor, la pasión

el remordimiento, el arrepentimiento.

 

Ahora que tengo las armas, 

no te puedo perdonar,

no te quiero recordar

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Malvivir

La incertidumbre me roza,

las dudas me asedian,

los precipicios no se pueden

evitar.

Cierro los ojos y avanzo

a ciegas,

encuentro huecos y grietas.

Aprendo a ver lo que no quería

ver, no quería oír, no quería saber.

Fuera hace frio

y el sol ha desaparecido,

el silencio murmura

retazos de sueños

se deslizan hacia la nada

y a mi me vuelve la soledad

y toda la amargura

de un mal vivir.

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Tú y yo

Estabas tú cuando te pensaba

estás tú en todas partes,

tú en mis pensamientos,

cuando el tiempo pasa.

Tú en los latidos acelerados

de mi corazón desbocado.

Tú estando sin estar.

Tú y yo,

Tú y la espera.

Tú en mí y en mis adentros.

Tú y lo que me regalas

tu sonrisa.

Tú y  tu luz borrando 

los días negros que anidan

en mi corazón.

Estarás siempre en mi corazón

tú en mis sueños.

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Se perdieron los dos

Que difícil amar con miedo.

Demasiado tarde se dieron

Cuenta.

Él se reía,

ella se reía.

Por dentro lloraban los dos.

Todo había comenzado

por amor.

Ella de él.

Él de ella.

El suyo.

Un amor eterno

que se volvió efímero.

Por fin, se dijeron no,

fue ese momento

donde se juntaron todos los

momentos,

los vividos y los que nunca

serán vividos.

Serán lo que fueron,

las primeras palabras,

las torpes, las tímidas,

las de amor, las cómplices,

las que hicieron que siempre

fuera primavera.

Serán el fuego que los consumió.

Una historia sencilla

Que se volvió extraña,

que dejó una sombra oscura

en su memoria.

Les quedaron recuerdos

con ausencia de color,

palabras con sabor a sal,

sentimientos que decidieron

no recordar.

El comienzo de una nueva vida

en sentidos opuestos.

Las que hirieron,

las últimas palabras

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Sí, te amo

Te amo porque:

al amarte soy correspondida

hago mías tus virtudes

me aceptas como soy

y me dejas ser yo misma.

Me das seguridad

de alguna forma, me haces mas

perfecta como individua,

aprendemos de nuestros errores

reconocemos nuestros fallos

Sabes escucharme

me das mucha ternura

me siento protegida pero no atada

me atraes hacia ti como un imán

no soy yo si faltas tú.

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Amanecer Cansado

El aire mentía,

traía melodías tristes

cargadas de verdades

que nadie quería escuchar.

Comienzos perdidos

antes de empezar,

inicios ya finalizados,

palabras sin fondo,

tristeza sin alas.

Tiempo, océano, cielo,

espacio.

Palabras mudas,

palabras moribundas

condenadas a la ausencia.

Recuerdos sin orden

ni concierto

que contienen

y que moldeamos

cuando el recuerdo engaña,

cuando duele la memoria.

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Una vez era

Érase que era una princesa sin corona
una princesa sin cetro ni trono.

Una princesa con un corazón triste
roto de amor por un príncipe que no era tal.

Era una princesa sin un dragón que la raptara
sin un rey que la cuidara.

Érase que era una princesa sin hada madrina
ni tesoros ni riquezas.

Una princesa que lloraba y bordaba
con sus lágrimas las palabras te quiero.

Una princesa que soñaba, que llenaba su tiempo
de recuerdos y añoranzas,
porque en un tiempo tuvo lo que ahora le faltaba
y por una vez en el cuento
no fue una bruja quien la hechizaba.

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Y no creía en Dios

Olor a incienso

y cera derretida.

Ella rezaba

y no creía en Dios.

¿Dónde estás Señor

cuando tengo miedo?

Padre mío, en esta hora

oscura yo te pido…

Concédeme distancia,

aleja de mis estos demonios.

Protege mi alma,

reconforta mi dolor

ese, que lloro

por dentro en soledad.

Agranda este corazón

encogido de tristeza.

Haz que mis oídos

ensordezcan

a los cantos de sirena.

No consientas

que mi alma

se convierta en una zarza

cubierta de espinas secas.

 No dejes que me invada

el silencio

y viva con la amargura

atravesada en el pecho.

Ven a salvarme…

Ella rezaba

y no creía en Dios.

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Era un hombre triste

Era un hombre

al que el alma

se le escapaba

por las rendijas del corazón.

Que escondía sus lágrimas

y lloraba sin llorar.

Reía sin risa,

porque solo conocía

la tristeza

y vivía sin vivir

porque no quería

conocer la alegría.

Quiso ser dueño

de la tristeza,

de la desesperanza

y el dolor.

Se hizo amante

de la soledad,

para sentirse libre

de afectos y emociones.

Era un hombre

sin sombra,

sin vida

sin futuro

ni esperanza.

Era un hombre triste

un triste hombre.

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La tristeza eres tú

Un instante

que marco el destino.

Una carta sin destino

buscando la salida

sin soles que iluminen

mi camino.

Escondo el dolor

de sentir

que solo queda el silencio.

Llanto

del que se sabe derrotado,

oscuridad

en su cuerpo y en su alma.

Palabras que calan

el alma.

Me marcho,

sin decir adiós.

Me voy, quiero olvidar.

La tristeza,

eres tú.

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