Él era un niño
que quería ser un hombre.
Ella, parecía un mujer
pero era una niña.
Se conocieron cuando apenas
tenían pasado
y el amor se apoderó
de su futuro.
La vida los separó.
Hace muy poco estaban
perdidos
y ahora, acaban de descubrir
el mundo entero
y un amor distinto
que se puede volver infinito.
El presente les regala
una esperanza,
ahora su dolor
no es lo más urgente
saben que la herida
abierta entre los dos
puede llegar a cicatrizar.