Era tu risa, tus miradas.
Era tu mano
la que me sostenía
Era como reías y como
me sentía.
Era la luz que tu lado
desprendía.
La risa, el sueño
de un futuro juntos.
Era la promesa
de un amor eterno.
Era la emoción
del reencuentro.
Fueron el cielo y el mar
los que un día se volvieron
oscuros y fríos.
Y fue sentir que ya no
me querías.
Fue tener que aceptar
que no me entendías.
Quizá fue que te sobrepasó
tanto amor.
Quizá fue que no éramos
dos almas buscando
un mismo cielo.
Tantas cosas pasaron,
tanto viento, tantas olas,
tanta tempestad, tanta oscuridad.
Tantas cosas perdidas,
tanta necesidad, tanta mediocridad
tantos besos pendientes,
tantas cosas por vivir y ninguna
juntos.