Te llevaste mi corazón,
mi alma, todo el amor de una vida compartida.
Ya nada será igual.
No me acostumbro a esta fría soledad,
que me recuerda a ese último día,
tan frío, tan triste, tan desgarrador.
Te busco en todos los rincones
y lugares donde tanto te amé.
Te sueño y me abrazas, meces mi alma.
Me aferro a los recuerdos,
y cada catorce de febrero, nuestra casa se llena de tulipanes,
esos, que cada año,
tú me regalabas.
Yo no tengo alas, para poder volar,
pero por ti, al cielo subiré,
para volver a ser yo en ti.
Te quiero, para siempre.
Siempre es difícil olvidar, aceptar cuando nos hicieron felices.
Gracias por tu visita y por tu comentario
Un saludo.