Quiso ser silencio,
quiso ser oscuridad,
el final de la historia,
la última estrofa de un poema.
el último acorde de una canción.
Quiso ser el dolor
de todas las heridas,
la distancia,
y el más largo
de los otoños.
Quiso ser el adiós
de una despedida,
el temblor en la despedida
al deshacerse de un abrazo.
Quiso ser jirón en su alma,
y ser parte de él,
aunque a veces doliera,
para que nunca la olvidara.
Quiso ser la nada
más absoluta,
para que no se rompiera
el delgado hilo,
que aún los mantenía unidos.
Cansada, harta de buscar
respuestas en los silencios
cansada de amar
entre recelos,
ella que se hubiese perdido
siguiendo sus pasos,
escapó.
– «Ya no dueles»
se decía-
-«Ya no dueles»
se engañaba.
Pero todo aún andaba
medio revuelto.
Destino trabado,
incertidumbres y desconsuelos.
La vida le dirá
que será de ella…
