Serenarse,
asentarse
antes de que el deterioro
empiece a causar estragos.
Que nada resquebraje
los cimientos
para no tener que
remediar los desperfectos.
Evitar el desencanto
y con el,
el desmoronamiento
de las iluisones.
Encontrar consuelo
en las palabras
que atemperan el presente
para salvar el futuro.
Que no crezca la pena
ni el rencor, las sombras,
el agobio del cansancio,
que no venza la resignación.
Que la paz avance
y nos alcance.