Érase una vez

Y ella le dijo:

quiero ser la princesa de tu cuento,

mis páginas están en blanco

escribe lo que quieras

menos fin.

Y él sonrió:

escribiré para tocarte,

para existir

y de mis letras te enamorarás.

Te verás como te veo,

entonces me amaras.

Escribiré para que te quedes

y me quedo para que me leas.

Escribiré, y la tinta

será caricia y fuego,

anuncio y vida.

Porque a veces

somos el viento,

yo quiero ser tu palabra,

porque en todas se esconde

más de lo que se dice.

Aprenderás a descubrir.

Te llenaré de certezas

y dejarás de buscarme

porque me hallaras

en todos lados.

Yo escribiré para ti

otros mundos

y tú aprenderás a leerlos

para habitarlos.

Y ella, en ese momento

comprende todo,

entre tanta nada.

Y ella, que le sobra realidad

decide que sí, que lo creerá.

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