Otra vez anochecía
todo era silencio
en ese atardecer,
ha comenzado a llover,
sopla un viento dulce
que trae olores a naranja.
La lluvia parece
un llanto suave y manso
al resbalar sobre el cristal,
entrecierro los ojos
y navego por el sonido
de los susurros
de tu voz.
Me pierdo en la cadencia
de tu respiración,
y así,
llega otra vez la primavera.
Con pudor y piedad
mi buen amor,
te pido,
derrámate en mí,
despliega ante mí el universo,
atrápame con tu deseo
aunque me confundas.
Yo haré como qué me perteneces,
me quedaré tumbada
en la cama
sintiendo en mi cuerpo
los dibujos
que haces en mi piel.
Un poema precioso, como esa primavera que siempre vuelve ha hacerse ensueño de la forma más placentera.
Dicen que la primavera es un llamado a la esperanza… Gracias por tu visita y tu comentario.
Un saludo.