Me quedo dormida en la penumbra,
entras en mi duermevela
me confundes,
manoseas mi descanso.
Ángel innecesario, ahora eres
un intruso
que altera mi equilibrio.
Aturdes mi irrealidad
para atacar mi sueños,
encuentras resistencia,
te rehúyo.
Te vas convirtiendo
en un terror
que se marcha antes
de que la luz me despierte.
La primera luz del alba
llega como un alivio.
Sobras tú en mi descanso,
ya no quiero soñar contigo
ni te quiero a la izquierda
de mis sueños.