Ella era su niña de alma quebrada,
su amor a deshora,
y aun así,
ella siempre tuvo algo
que él necesitaba para sí,
amor, esperanza, fe.
Condenarlo a verlo partir siempre
sin tocarla, sin sentirla.
No pudo parar de desnudarle
el alma,
en cada mirada,
tratando de retenerla
en el pensamiento.
Cuántos sentimientos
revueltos y encontrados
queriendo pasear
por la frontera de sus sueños.
