Vete,
pero guárdame un sitio
en tu memoria.
Vete,
pero no te quedes varado
en ningún puerto perdido.
Vete,
y cuando regreses
cuéntame toda la verdad
de tu llanto de arena.
Vete,
pero no dejes de quererme
ni me dejes en al ayer.
Vete,
y cuando vuelvas
hablamos de amor,
pues ahora no soy aún capaz
de decir
Por favor, no te vayas.