Se queda quieto, solo y en penumbra
horas perdidas en silencio
cuando los días no saben a nada.
Se ablanda, se empequeñece, se arruga,
el miedo se alarga como sombras
incapaz de huir
de sus laberintos.
Un corazón pétreo
chispas de un fuego efímero
síntomas de la soledad,
ojos atormentados.
Atropellado por el tiempo,
borracheras para olvidar
amores, dolores,
olvidos,
hay días que amanecen
demasiado pronto
y la ausencia le aplasta
el pecho, como si no pudiera
o le hiciera falta vivir.
No sin ti…
