La temperatura agradable,
un viento ligero
que anuncia lluvia,
nubes y claros en el cielo
y en su mente.
El rumor del viento,
las luces tenues
de la primavera,
la caricia del aire,
un roce tenue en sus
mejillas.
La brisa que juguetea
con su melena,
la quietud de la mañana.
Calma total.
Envuelta para siempre
en un amanecer hermoso
de un abril ansioso.
Olor a verde,
a escarcha
y hierba mojada,
paseando entre amapolas
margaritas y nomeolvides.
Tumbados en la hierba
viendo la vida pasar.
Brotes de primavera,
horas que nunca se acaban.
Suspiros que salen del alma
que se pasean libres,
que entran y salen
entre silencios y dudas
sin pedir permiso,
sin molestar.
El silencio se vuelve espeso
y húmedo,
escuchando los latidos
de los relojes que devoran
el tiempo de nuestros
corazones agitados.
