Yo más, le dice él,
intentando consolarla.
Hace frío, pronto será de día
y la oscuridad dejará de rodearlos.
¿Quién más sino tú? Pensó ella,
podría regalarme palabras amables
miradas dulces.
Orgullo y amor en su mirada.
Su brazo era el mejor refugio posible.
Él tan solo desea regalarle
un futuro simple
por el tiempo pasado que
no ha de regresar…
Llenar de luz de sus heridas
y difuminar sus pequeñas cicatrices.
Ella lo sabe y aguarda pacientemente,
es el modo más sencillo de escapar
del pasado,
cerrar los ojos y poder olvidarlo todo,
aceptar el consuelo
para su torturado corazón.
Se acuna en sus brazos,
tiembla, cierra los ojos,
sonríe, vuelve a encontrar
su lugar en el mundo
su refugio posible.