Siempre supe
que nuestros destinos
estaban cosidos,
puntada a puntada
con hilos de plata,
imposibles de romper.
Que en la vida,
siempre hay
finales pendientes.
Que la vida volvería
a unirnos
para nunca,
dejarnos de amar.
Siempre tuve la certeza
de que, por mucho tiempo
qué pasará,
por muchas vueltas
que diera la vida.
A pesar, del tiempo,
la distancia,
mientras el mundo
siguiera girando,
tu corazón,
sería siempre,
mi lugar en el mundo.