No me prometas las estrellas
tan solo sé la luz
en los días de fragilidad.
Ayúdame a librar
la batalla
contra la angustia
y la soledad,
tú, mi soldado
de luz, aire,
hielo y fuego.
Hazme volar,
dame tu aire,
que tu aliento
acaricie siempre
mi piel.
Sigue velando
mis sueños,
que tu corazón
sea mi destierro
cuando acabe
el cuento de hadas.
Sálvame del miedo,
lucha conmigo.
Encuentra la manera
de amainar
mis tormentas,
que tus besos
sean mi cura.
Vuélvete real.
Envuélveme entre tus brazos,
lleva de vida
mis días.
Déjame un segundo
rozar tu alma
para que pueda alcanzar
el equilibrio.
Comparte conmigo
tu dolor,
déjame ser consuelo,
no me niegues la posibilidad
de seguir tus pasos.
Acorta la distancia
y ante ti
me rendiré.
