Luz de luna,
brisa de mar
dulce y errática,
la noche estrellada.
La luna lo mira
plena e inmensa,
lo hipnotiza, lo seduce.
Haz el milagro,
le pide,
conviérteme en mortal,
para que me sientas viva
en medio de un océano de caricias.
Aunque no tenga alma,
transforma mi fría luz
en amor.
Contigo compartiré mi cielo,
los rocíos de la mañana,
la lluvia de abril y mi luz que
nunca se apaga.
A cambio tan solo
te pido,
que nada se muera
cuando salga el sol.
Que me esperes cada noche
inquieto, mi amor de rocío,
fuego y esperanza
y sí algún día tú lo quieres,
yo te ataré a mi, cada vez que despierte
el alba
y a todos los vientos ordenaré
que susurren tu nombre
y serás eterno.
