Necesidades

Una mujer madura

gastada por la vida,

carente de ilusiones,

necesitaba distanciarse

y huir.

Fundirse en el olvido.

Un instante de respiro

con salida al infinito.

Un atajo que no puede

ignorar,

recuperar,

con una suerte

de alivio

el tiempo de la esperanza.

Una escena

mil veces soñada,

recuperar

el derecho a soñar

para lograr

salvarse del olvido.

Sentirse libre

frente a la realidad.

Amé, sentí, sufrí,

entregué, recibí,

lloré, reí,

deseé, viví.

Fui valiente, fui cobarde,

quemé las ganas,

ardí de celos.

Gané y perdí,

me rebelé y acaté.

Escribí versos locos

de pasión desatada.

Confié, recelé,

mi corazón fue pregonero

de las ausencias,

de mis afectos.

La noche confidente

de mis desvelos,

la mañana compañera

de mis penas.

Al final,

comprendí, entendí

y agradecí.

Y así

la vida me siguió

sorprendiendo.

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