Tengo las armas

Y no quiero sentir escalofríos,

no quiero recordar

el color de tus ojos

tu mirada

desnudando mi alma.

No quiero recordar los suspiros,

los jadeos, el calor de tu cuerpo,

el sonido de tu voz

cuando me decías

te quiero.

No quiero que aparezcas

en mis sueños

para abandonarme, otra vez,

cada amanecer,

No quiero recordar tu olor, ni el temblor

de mi cuerpo al verte aparecer.

No quiero recordar

que un día fui feliz libre

o eso creí.

Llegué pronto a tu vida

y tú no te marchas

nunca de la mía.

Quiero dejar de recordar

que a tu lado

quise caminar para siempre.

Yo, que en tu mirada

vi el amor, la pasión

el remordimiento, el arrepentimiento.

Ahora que tengo las armas, 

no te puedo perdonar,

no te quiero recordar.

Comparte este poema...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *