Hoy, quédate a mi lado,
que parece que el invierno llega demasiado pronto,
quédate, con el tiempo y las ganas de hacerme olvidar.
Hagamos caso omiso al frío
que quiere congelarnos los sentimientos y la vida.
Construyamos nuestro hogar en un cielo azul lleno de nubes blancas
y seamos como náufragos en una balsa recorriendo un mar de duelo.
Que entre el aire de la esperanza por la ventana.
Respiremos aliviados, dejando atrás viejos desencuentros.
No me llames loca
si te digo que te querré para siempre.
Deja que te corte la respiración,
que se te desboque el corazón cuando te tome por sorpresa
yo, perdonaré la tristeza de tus ojos.
Bésame tú primero, yo no te diré que no,
mi abrazo te arrastrará y nuestro deseo dejará minada nuestra voluntad.
Puede ser que qué se nos haga tarde, me quedaré dormida a tú lado y las nubes nos acompañarán cómplices.
Silencio y calma,
la soledad se desvanecerá.
Una sonrisa asustada.
Nubes revoltosas, cielos explosivos para que nuestro mundo exista, días que derrochen sueño existan
