Un tiempo indefinido

Fuiste, eres, serás en mí,

una fuerza tan violenta que casi

me destruyes.

Creí que eras mi hogar, mi principio

y mi fin. 

Olvidé tantas cosas…

Que los sentimientos no responden

ante nadie, vagan en libertad, flotan,

atan o se evaporan.

Se diluyen en el tiempo,

se agrandan en la memoria y alborotan

el entendimiento.

Olvidé también que carecen de voluntad,

que son descarados,

que a veces se dejan asustar,

por el temor y las dudas,

nos vuelven vulnerables pero también

nos hacen decididos e intrépidos,

porque el amor es más fuerte que el miedo

y contiene promesas y deseos

que brotan sin permiso y batallan 

para que los sueños se hagan realidad.

Olvidé también que el amor es voluble,

que a veces cambia de dirección sin avisar

dejando corazones rotos y amores imposibles,

noches vacías interminables e inquietantes,

un tiempo infinito

demasiado doloroso para recordarlo.

Todo eso lo olvidé, pero no me olvidé de vivir, 

por eso pude deshacerme de tu abrazo,

conseguí expulsar la soledad 

de mi corazón.

Escapé de un mundo incómodo

y caminé sin notar la resistencia

de la vida.

Comparte este poema...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *