Te espero en la orilla de este mar,
que hoy moja mi rostro
borra mis lágrimas,
que se funden con las olas.
Sal con sal.
Lágrimas que nacen
como envites de las olas
en una tormenta.
Trayendo gotas de razón
y llevándose la cordura.
Arrastrando el corazón
erosionando el alma.
Te espero en la orilla de este mar
que una fue nuestro,
para que me acunes en tus brazos
y seas refugio
cuando pasen mis tormentas.
